Puerto La Cruz, Anzoátegui.- El gimnasio “Luis Ramos”, conocido como la “Caldera del Diablo”, albergará el próximo fin de semana en Puerto La Cruz, estado Anzoátegui, la II Copa Embajador de la República de Corea, un campeonato nacional de taekwondo en el que se exaltarán a las glorias olímpicas de este arte marcial con más de 30 años de historia en el país.
El evento, pautado del 28 al 30 de noviembre, contará con la presencia de los tres medallistas olímpicos criollos: Arlindo Gouveia, campeón de Barcelona 1992, Adriana Carmona, doble medallista de bronce en 1992 y Atenas 2004, junto a Dalia Contreras, bronce en Beijing 2008.
De igual forma estarán en el área de combate, Carlos Rivas (Barcelona 1992), pentacampeón panamericano (1987,1988,1990,1991 y 1992), Luis Noguera (Atenas 2004), doble medallista mundial (1993 y 2003), Luis García (Atenas 2004), junto a los olímpicos en Beijing 2008 Carlos Vásquez y Juan Díaz.
“Este evento es de gran importancia para nosotros, para la historia del taekwondo y sobre todo para que las nuevas generaciones no olviden nuestras raíces, de dónde venimos y quienes han sido nuestros grandes héroes”, recordó Neida Quezada, secretaria general de la Federación Venezolana de Taekwondo.
Los hermanos Hong y Hung Ki Kim, también serán honrados por hacer del taekwondo un apostolado en Venezuela durante más de 40 años, en el que han erigido a la Federación Venezolana de esta disciplina como pilar fundamental en resultados internacionales para nuestro país.
En el plano técnico, el profesor Seong Hoong Kim también recibirá un homenaje por su labor en la dirección de las selecciones nacionales de combate desde 2003, año desde el que Venezuela ha labrado dos metales olímpicos y diversos títulos en juegos del ciclo y demás competencias internacionales.
Los árbitros Martín Blanco (QEPD) y Guillermo Rodríguez, olímpicos en Sidney 2000 y Nanjing 2014, además de ser jueces y múltiples campeonatos mundiales de taekwondo, tendrán un reconocimiento por parte del comité organizador de la Copa Embajador.
Por: Andrés Henríquez
