Puerto La Cruz, Anzoátegui.- Este 3 de agosto de 2020 se cumplen 28 años del primer podio olímpico de una mujer venezolana: la medalla de bronce lograda por Adriana Carmona en el torneo de taekwondo de los Juegos Olímpicos Barcelona 92’ con tan sólo 19 años y ocho meses de edad.
A diferencia de Arlindo Gouveia, quien hizo un ciclo perfecto camino al oro olímpico el 4 de agosto ese mismo, Adriana llegó a sus primeros Juegos Olímpicos con apenas 19 años (cumpliría 20 el 3 de diciembre) y con un palmarés nacional imbatible, pero con resultados internacionales dispares propios de su proceso de formación en la élite del alto rendimiento.
“Adriana siempre fue un fenómeno. De niña, sacaba a todas las competidoras por KO, tenía una pegada impresionante y una noción de distancia como pocas en el taekwondo, algo que fue puliendo poco a poco entrenando con hombres, porque hay que recordar que hubo muchos chequeos nacionales en los que ella (Carmona) no peleaba, porque nadie quería enfrentarla”, recuerda el Maestro Nacional VIII DAN Domingo Aguilera, primer entrenador en Guanta, Anzoátegui, de la primera dama que subió a un escalón olímpico por Venezuela.
El camino
Al pulir su básico en el taekwondo, Adriana llegó a entrenar bajo las órdenes del GM Hung Ki Kim en el Centro de Alto Rendimiento de Taekwondo en Puerto La Cruz, dominando los escenarios del circuito oriental y nacional en la categoría adulta a partir de 1989.
“Como todo comienzo, sentía altos y bajos, era una niña creciendo en un deporte de hombres, un deporte que para la época era vivir o morir y de mucho contacto, pegada, velocidad, fuerza. Tuve que adaptarme rápido y tuve al mejor entrenador y a los mejores compañeros, de quienes aprendí mucho en lo técnico táctico”, recuerda Adriana.
Cuando la Federación Mundial de Taekwondo anunció las invitaciones para Barcelona 92’, lo hizo amparada en los resultados continentales de los mejores exponentes de cada nación.
Bajo ese criterio técnico, Carmona ostentaba previo al segundo torneo de demostración del taekwondo en el programa olímpico tres títulos en campeonatos nacionales consecutivos (1989, 1990, 1991) y era bicampeona de los Juegos Deportivos Nacionales en los 70kg (Barcelona 90’ y Maracaibo 91’), lo que la ratificaba como la mejor del país.
El ímpetu de los 90’
En el plano internacional, un bronce en el USA Open del 89’ fue el preludio a un 1990 de ensueño para Adriana con medalla de oro en los Centroamericanos y del Caribe en México, venciendo en la final del peso pesado a la boricua Olga Mayor.
Ése año, la cuatro veces olímpica también sumó una plata en el Campeonato Panamericano de Bayamón, tras ceder en la pugna por el oro ante la canadiense y campeona de los World Games en Karlsruhe 89’, Marcia King.
Su medalla contribuyó al primer título continental por equipos de Venezuela, histórico resultado en Bayamón gracias a una docena de preseas, donde Gouveia y Carlos Rivas comandaron con sendos oros, mientras en el renglón femenino destacaron Nancy Rivas (plata), Thais Brady, Yaritza Castillo, Marta Sarmiento y Nediam del Valle.
El año previo a los Juegos Olímpicos, Carmona disputó su primer campeonato mundial, Atenas 91’, donde la suerte no la acompañó y terminó su expedición helena en primera ronda a merced de la taiwanesa Hui Thing Tang, campeona asiática y subcampeona de la Copa del Mundo.
“Todo ese panorama previo fue de mucha experiencia, los minutos en combate son clave para el taekwondo en el plano internacional. Es fundamental, creo que eso me dio mucha confianza, soltura y la capacidad de ver, anticiparme y entender muchas cosas del combate que no se aprenden nada más entrenando”.
El gran día
El lunes 3 de agosto de 1992, tras extensas preparaciones en Corea del Sur, Adriana Carmona estaba lista para la batalla en los primeros de los cuatro Juegos Olímpicos que disputó a lo largo de cinco ciclos completos.
“Ya habíamos visto y analizado a varias rivales en los eventos internacionales y sabíamos que sería una tarea difícil pero que teníamos las condiciones para llegar lejos”, rememora.
En su llave de ocho competidoras pernoctaban nombres que dominaban la escena mundial, europea y panamericana de la época, como la leyenda española Coral Bistuer, pentacampeona del Viejo Continente, reina mundial y olímpica, así como la estadounidense Lynett Love, máxima figura del peso pesado femenino del taekwondo entre los 80 y 90’, y quien llegaba como campeona olímpica defensora de su cetro labrado en Seúl 88’, además de sus dos títulos mundiales y cuatro panamericanos.
El primer combate de Adriana fue ante Aly Bychenko, una rusa que compitió bajo la bandera del Comité Olímpico Internacional, a la que Carmona dominó por decisión de los jueces (2-2) como preámbulo al duelo que la dejaría con la medalla de bronce y la primera presea de una venezolana en la magna cita deportiva universal.
“En el segundo combate lo dejé todo, fue contra la atleta de Nueva Zelanda (Susam Graham). Fue una pelea dura de principio a fin, nos pateamos mucho y la película terminó con mi medalla de bronce. Estaba contenta. Esa medalla me impulsó mucho para lo que vendría después, pero en ése momento, jamás pensé que iba a ser una privilegiada al poder representar a mi país por 20 años en el taekwondo. Eso ha sido un regalo que me han dado Dios y la Virgen”.
Aquel lunes de agosto del 92’, Carmona perdió el combate de semifinales por los +70kg en Barcelona, pero ganó la primera medalla de una mujer venezolana en la historia olímpica.
“Se vivió bonito. Fue una motivación, como la gasolina que necesitaba primero para creer más en mí, y segundo pa’ la celebración cuando ganó Arlindo (Gouveia)”.
Desde la óptica de su mentorn, el GM Hung Ki Kim, la perspectiva con Carmona en ésa cita olímpica era claro: «Siempre se puede ganar o perder, más en unos Juegos Olímpicos, pero sabíamos que nuestra opción real por el nivel técnico de todas las participantes, era pelear ése bronce y lo logramos. Fueron unos Juegos de mucho nivel y los aprovechamos porque nuestro taekwondo siempre ha estado a la altura de los mejores».
En mayo de 2018, el COI reconoció en su web site las medallas olímpicas de Carmona y Gouveia en el 92’, un hecho que se dio 26 años después de aquella hazaña que visibilizó al taekwondo nacional en el mapa mundial y deportivo.
“Como lo dijimos hace dos años: se hizo justicia. ¡Será que la gente pensaba que los combates de Arlindo y míos eran de exhibición!” exclama una Adriana que hoy, a casi 30 años de su primer logro en suelo español y a 16 de su sello de bronce en la tierra madre del olimpismo, se mantiene vigente como una de las atletas más laureadas, a la espera de su ingreso formal al Salón de la Fama del Deporte Venezolano.
Una leyenda
Adriana Carmona es una de los dieciséis medallistas olímpicos que tiene Venezuela, la primera dama criolla con podio olímpico y la única hasta ahora con dos medallas en la magna justa deportiva universal tras sumar el bronce el 29 de agosto en Atenas 2004, y una de las diez atletas más laureadas en la historia del taekwondo continental.
También es la atleta femenina nacional más joven en colgarse una medalla olímpica, con 19 años y ocho meses exactos, mientras Dalia Contreras lo hiciera en 2008 (bronce) el día de su cumpleaños número 25, y Yulimar Rojas (plata) y Stefany Hernández (bronce) lograran plata y bronce en Río 2016 en vísperas de sus cumpleaños 21 y 24, respectivamente.
Entre sus récords, destacan también ser la primera taekwondista criolla en subir a un podio mundial, en New York 93’, con resultados y medallas de oro en todos los eventos del ciclo olímpico, tramo deportivo temporal que transitó por más de 20 años, batallando en los procesos hacia Barcelona 92’ (bronce), Atlanta 96’ (no hubo taekwondo), Sidney 00’ (5ta), Atenas 04’ (bronce) y Beijing 08’ (11ma).
Su regularidad en el podio la sitúa, según la Federación Mundial de Taekwondo, como una de las diez taekwondistas más laureadas de América junto a nombres como María Espinoza (México), Lynett Love, Diana López, Paige McPherson y Jaqueline Galloway (USA), Iridia Salazar, Karin Sergerie (Canadá) y Natalia Falavigna (Brasil), siendo además la más laureada del área Suramericana y Bolivariana.
Por: Federación Venezolana de Taekwondo